Canto de algún recóndito lugar
donde su liso vientre reposó el río.
Canto casa de ninfas del estío,
viejo canto, durmiente entre el algar.
Canto gris, sedoso y libre lunar,
fresco, bajo la sombra guarecido
de la flor y el perfume del endrino,
permítele a La Arcoiris desovar.
Escisión de la montaña rocosa,
¿quién te arrancó del asiento del agua
y te empotró, acariciante, en las calles?
Rebélate, pues no eres una losa,
eres de la ribera vida extática,
fiel escudo y drenaje de los valles.