foto en: http://www.flickr.com/photos/mcrucera/ |
De pie, nosecuantos metros bajo suelo
en este atascadero de angustiados
cuerpos, por alguna ley sepultados,
paredes de carne y caras de hielo.
La entrada la tiene prohibida el cielo
a esta cueva angosta de segmentados
y férreos reptiles enrielados,
que chirrían a fin de mi desvelo.
Un cuarto mundo, tripas del primero,
regüelda para afuera con esmero
zapatos con más brillo que el calzante.
Una noche perpetua y pasadiza,
horadada en una ciudad plomiza
que desea su vía se trasplante.
en este atascadero de angustiados
cuerpos, por alguna ley sepultados,
paredes de carne y caras de hielo.
La entrada la tiene prohibida el cielo
a esta cueva angosta de segmentados
y férreos reptiles enrielados,
que chirrían a fin de mi desvelo.
Un cuarto mundo, tripas del primero,
regüelda para afuera con esmero
zapatos con más brillo que el calzante.
Una noche perpetua y pasadiza,
horadada en una ciudad plomiza
que desea su vía se trasplante.